sin romeía y sin G.O.R.D.I.


Observación del (12/06/2009)

Reunidos todos en el lugar de encuentro, a las 21:00, nos dispusimos a partir hacia la Ermita de San Abundio, donde por suerte esta vez no encontramos ninguna romería/verbena montada.
Al llegar comenzamos con el montaje del telescopio semi-manual, recordando a su vez como ponerlo en estación, aunque se nos hizo complicada la tarea debido a que aun no había oscurecido totalmente y a que nos estuvimos muy avispados, lo conseguimos "exitosamente".


Cuando ya se nos hizo de noche comenzamos con un recordatorio de las constelaciones y sus estrellas principales y del uso de los planisferios. En un principio nos decidimos por la búsqueda de las constelaciones básicas, la Osa Mayor (el carro), mediante la cual encontramos la polar y a la que pertenece la estrella Mizar y Alcor, cuya distinción a simple vista de ser una estrella doble (en realidad triple) constituía una prueba perfecta para los vigías árabes, y la Osa Menor, donde se encuentra la estrella polar.
También recordamos que la estrella polar es una "prolongación" del eje de giro terrestre y que este cambia debido al "cabeceo" de la Tierra cada 25.800 años.
Las fechas en las que nos encontramos hizo posible observarlas constelaciones de verano, y el triángulo de estrellas que nos indica la llegada del mismo: Vega, perteneciente a la constelación de Lyra, Deneb, de la constelación del Cisne o conocida comúnmente como la Cruz de Santiago, y Altair, de la constelación del Águila, esta ultima no apareció hasta altas horas de la noche.

Observamos también constelaciones como el Bollero, y sus estrella principal Arturo, parte de la constelación de Escorpio, y su estrella Antares, la cual compite en intensidad de tono anaranjado con el planeta Marte, la Corona Boreal, y su estrella Gemma, Hércules, Cassiopea, Cefeo....

Nuestras mentes, aunque no superaban las fantasías de los griegos, no carecían de imaginación, así veíamos, por ejemplo, en la constelación de Hércules una pajarita, en la constelación del Bollero una cometa, etc.


Me gustaría recordar la fabulosa historia griega de la constelación, ya nombrada anteriormente, Corona Boreal, pues dice que la Corona fue un regalo que hizo Ariadna a Teseo tras rescatarla del minotauro con la ayuda de un ovillo de hilo que le llevó a la salida del laberinto donde estaba la bestia, narrando historias griegas sobre las constelaciones nos podríamos extender lo inimaginable, pues están la mayoría relacionadas entre si, pero lo dejo para otras crónicas ya que tenemos más cosas que contar.

También debo resaltar que hizo una noche fantástica y una temperatura perfecta, a pesar de los numerosos y gigantescos mosquitos, la noche se hizo llevadera y entretenida. Vimos un gran numero de estrellas fugaces y varios satélites, uno de ellos el Iridium que pasó a las 00:23.

Lástima que no pudiéramos disfrutar del nuevo telescopio (Gordi: Gran Observador Regular De Incidencias celestes) para observar Saturno y sus lunas, aunque esta vez sus anillos estaban de canto, una vez más consiguió llamar nuestra atención.

Pero la palma se la lleva la estrella Albireo, de la constelación del Cisne, estrella doble formada por una estrella binaria de color amarillo y por otra estrella de color azul agua marina, estas dos tonalidades hacia espectacular mirarlas al telescopio.


Tras varios intentos fallidos de buscar cuerpos celestes por coordenadas, los buscamos "a ojo" lo que hizo la observación más interesante aun.
Poco antes de las 2:00 nos dispusimos a desmontar el telescopio y tras esto a hacer un breve recordatorio de anécdotas y lo aprendido durante la noche, para llegar a nuestras casa a las 2:30.

Esto es todo sobre la fantástica noche del 12 de Junio de 2009.
Un cordial saludo, Marta Cid Heble.

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